Leímos "El niño de chocolate" y en este cuento conocimos a Jean Baptiste, un niño de Haití que recién llegó a México y cómo, por aparentemente ser diferente, era rechazado por sus compañeros de salón, pero al final comprenden que no importa el color de su piel o el idioma que habla.
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Nos platicaron que en el mundo hay 40 millones de Scouts en 160 países, y que aunque seamos de colores, idiomas o creencias distintas, todos somos iguales.
Es así que aprendimos que "El Scout es amigo de todos y hermano de todo Scout, sin distinción de credo, raza, nacionalidad o clase social".
Luego, unimos los puntos del dibujo y apareció una paloma de la paz, y la coloreamos como quisimos, ya que al final, sin importar el color, era la misma para todos.
En los juegos, cruzamos el río saltando de piedra en piedra, pero sin caernos al agua, y fue el equipo rojo el que juntó más perlas.
Al final hicimos un "robaqueso" en el cual todos teníamos que estar muy atentos a cuando nombraran nuestro número.
En el cierre, Juan Antonio dirigió la oración.
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