Comenzamos actividades con el pase a Manada de Estefanía y Renata. En una formación de presa, nos despedimos de ellas en la Colonia. Recordamos que Estefanía fue la primer Castorcita que hizo su promesa. Hubo un par de lágrimas al tener que dejar su piel de castor y pasar por el tunel, a su salida, vistieron sus nuevas camisolas amarillas y ya convertidas en Lobeznas, el Jefe del Grupo las llevó con Akela. Al final del día, todo se volvió en sonrisas.
¡Las vamos a extrañar mucho!
Al llamado, hicimos dos equipos para tener una carrera de orugas.
Para avanzar, todo era cuestión de no hacernos bolas al pasar la gorra para atrás y de separar bien las piernas para no atorarnos.
Realizamos el Juego de Kim, donde tuvimos que estar muy atentos para recordar los objetos antes de que nuevamente los taparan con el paliacate.
A todos nos fue muy bien en las tres estaciones y nos acordamos casi de todo lo que nos mostraron, ganándonos estrellas de colores según el número de objetos.
Jugamos a las piedras flotantes, en la que tuvimos que estar muy movidos y atentos, ya que cada vez una de ellas se hundía en el río.
Al largo nos teniamos que desplazar por el río sin detenernos y al corto corríamos a la primera piedra que encontráramos, pero sin empujarnos.
Después, tomamos los colores, tijeras, pegamento y palitos de madera, y con ello armamos un mini-gignol con Castores de la Colonia.
Por último, en el cierre, Juan Antonio realizó su Promesa.
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