Terminada la formación de apertura, iniciamos jugando con el memorama Scout, en que muy atentos, y respetando nuestro turno, encontramos parejas de imágenes de las Secciones y objetos que utilizamos en un campamento.
Luego, nos convertimos en arqueros como en la época de Robin Hood y nos fuimos de cacería.
Al principio nos costó trabajo, pero luego ya pudimos coordinar los movimientos y afinamos la puntería, logrando tirar los blancos con nuestras flechas.
Después leimos el libro "La suerte de Ozu", con el que conocimos a un niño que vivía en una granja y al que le pasaban cosas por las que pensaba que tenía muy mala suerte, pero luego descubría que al contrario, había sido mejor que le hubieran sucedido, ya que tenían consecuencias positivas.
Es así que aprendimos que "El Scout ríe y canta en sus dificultades"
Ya como artistas, tomamos las crayolas y observamos y dibujamos a nuestro compañero Castor que teníamos a un lado. ¡Quedaron muy bonitos!
Por último, jugamos un robaqueso para finalmente hacer la formación, la oración y el cierre.
